Un espacio donde mezclo la realidad de mi vida con la fantasía dentro de mis pensamientos...mi mundo

lunes, 21 de julio de 2008

Frente a la realidad


Ayer mi mamá me recordó que tenía que pagar la tarjeta de crédito, “Hoy es domingo y yo me paso los malditos días completos trabajando, hoy no me hables de responsabilidades, yo pago eso mañana” fue mi respuesta en muy mal tono. Luego me encerré en mi habitación, enojada, prendí el aire, la computadora, la televisión y me dedique a buscar paginas en Internet para comprar unos zapatos para mi fiesta de cumpleaños.
Hoy, cuando salí del noticiario en el que trabajo en producción, me encuentro con un señor que me esperaba en la recepción del canal. Quería saber cómo nosotros como medio de comunicación podíamos permitir que en algunos de los programas el pida una ayuda, necesita urgentemente un transplante de riñón y no tiene forma de costeárselo. Hice lo que pude poniéndolo en contacto con la persona correcta, pero salí de allí incómoda, sabiendo que no es mucho lo que puedo hacer por ese señor que clama por una mano caritativa que le ayude a seguir vivo.
Fue en ese momento cuando me puse a pensar en mi berrinche del día anterior, en las veces que he hecho rabietas porque no me quieren comprar lo que quiero, me sentí como una basura, quejándome de estupideces cuando Dios me ha dado la oportunidad de tener unos padres que se parten en 20 pedazos para darme todo, que me pagaron los estudios en los mejores colegios y universidades para que yo pudiera seguir adelante y no pertenecer a la alarmante cifra de desempleados.
Mientras iba camino a mi casa, me crucé con un señor 
a quien estoy viendo desde niña, él siempre está llevando un saco sobre su espalda no se con qué, me imagino que con botellas viejas para venderlas. Este hombre ya perdió completamente su postura, en forma de numero 7 lleva esa carga, su cara está tan inclinada hacia el piso, que casi no puede mirar hacia delante. A sus aproximadamente 80 años, trabaja diario, duerme en las calles, probablemente se ha de pasar días sin comer (y yo peleando en mi casa porque la comida está mala), no debe recordar lo que es una demostración de afecto, el mundo le ha dado la espalda y él, con su carga sobre la suya, trata de sobrevivir a las calamidades que encuentra en cada uno de sus lentos pasos (y yo quejándome porque no tengo novio).
He pedido perdón a Dios por ser tan desagradecida en tantos momentos, y aun creo que no es suficiente. Creo que todos, al momento lamentarnos por la vida que tenemos, debemos mirar al lado, ver como hay tantas personas, seres humanos, con los mismos derechos que nosotros, que por la razón que sea les ha tocado vivir en la miseria, en condiciones infrahumanas. Y aun así, cuando vamos en el carro con el aire encendido y nos tocan el cristal para pedirnos limosna, les damos un par de monedas enojados para que no molesten más, y ellos sonríen con el único diente que les queda.
Tomemos unos minutos para dar gracias por lo que tenemos en la vida, por poco o mucho que sea, siempre habrá miles de personas que serían más que felices con esas cosas por las cuales nos quejamos

6 comentarios:

alfonso dijo...

leslie..............tu tienes un gran corazón

Anónimo dijo...

lo valioso de tu post son tus sentimientos en primera persona, no repetidos porque sí, sino vividos por ti en tu vida

un beso

CalidaSirena dijo...

Tenemos que mirar siempre más a nuestro alrededor como has hecho tú y ver todas esas personas que viven tristemente, sin tener lo más básico para vivir y entonces pensar en valorar más lo que tenemos, darle menos importancia a las cosas materiales y no quejarnos por tonterías...
Gracias por ayudarnos a abrir los ojos..
Besos muy cálidos preciosa

Sese dijo...

gracias por esta reflexión, que aún compartiéndola, no la ponemos en práctica ni la recordamos tan a menudo como debiéramos.

Un saludo

nico dijo...

no se morra, yo creo que se trata de humildad simplemente.
Esta muy malo eso del señor énfermo o del anciano, pero mas ogt esta lo de tu mamá no? por que igual y no merece una respuesta asi. Bueno yo aprendi a ser muy cuidadoso en ese sentido por que desde mis 14 años no vivo con mis papás y cada que viajan para visitarme, cuando menos hago que valga la pena y no creo que debas esperar a vivir lejos de ellos para que aprendas a ser tolerante y que los trates como se merecen.

cuidat bye!!

Esther dijo...

Es verdad, siempre nos quejamos de lo que tenemos pero, sólo es cuestión de abrir los ojos y de mirar a nuestro alrededor y es verdad que muchas veces no somos capaces de quitarnos la venda de los ojos ni de ver más allá...

Saluditos.